"Raíces de Los Eucaliptus: Historia Viva de
San Francisco Solano"
Un poco de la historia
El Barrio Los Eucaliptus, ubicado en San Francisco Solano, al oeste del partido de Quilmes, tiene una historia que se entrelaza con el desarrollo urbano y social de la región. San Francisco Solano, como muchos otros barrios del conurbano bonaerense, experimentó un crecimiento significativo durante la segunda mitad del siglo XX debido a la urbanización y la llegada de inmigrantes, tanto de otras provincias argentinas como de países limítrofes.
Origen y desarrollo
El nombre "Los Eucaliptus" se debe a la presencia de estos árboles en la zona, que solían formar parte del paisaje natural antes de la urbanización. La plantación de eucaliptos en estas áreas era común, ya que se utilizaban para combatir la humedad del suelo y para definir el espacio rural antes de que se consolidaran los barrios.
El barrio comenzó a desarrollarse como un asentamiento principalmente a partir de la década de 1950, cuando la urbanización se aceleró en el Gran Buenos Aires. Esto fue impulsado por el crecimiento industrial y la necesidad de vivienda para los trabajadores de las fábricas y empresas que comenzaron a establecerse en la región.
Urbanización y Crecimiento
Durante las décadas de 1960 y 1970, el barrio vio un aumento en la construcción de viviendas y la llegada de más residentes. El crecimiento fue en gran medida informal, lo que generó desafíos en términos de infraestructura y servicios. Sin embargo, la comunidad local jugó un papel fundamental en la consolidación del barrio, luchando por mejoras en servicios como agua corriente, electricidad y transporte público.
Aspectos Sociales y culturales
El Barrio Los Eucaliptus, como muchos otros barrios periféricos, se caracterizó por un fuerte sentido de comunidad. La organización vecinal fue clave para obtener mejoras en la calidad de vida. A lo largo de los años, se crearon clubes, centros culturales y otras organizaciones comunitarias que ayudaron a fortalecer la identidad del barrio.
El crecimiento del barrio también estuvo marcado por la construcción de escuelas y centros de salud, que fueron esenciales para satisfacer las necesidades de una población en constante expansión.
Situación actual
En la actualidad, el Barrio Los Eucaliptus ha continuado su proceso de urbanización y modernización. Sin embargo, como muchos barrios del conurbano, enfrenta desafíos relacionados con la infraestructura, la seguridad y la integración social. La comunidad sigue siendo un pilar fundamental en la vida del barrio, con una red de organizaciones sociales y vecinales que trabajan para mejorar las condiciones de vida y mantener viva la identidad del lugar.
Este barrio, con su historia de lucha y desarrollo, refleja la dinámica de muchos otros barrios del Gran Buenos Aires, donde la urbanización acelerada, la migración y la organización comunitaria han moldeado su evolución a lo largo de las décadas.
Hoy, el barrio cuenta con...
(j.i. 944)
(e.p.57 - e.p.59)
e.s.10 - anexo 1 y anexo 2
(e.e.p.a. 701)
“Ntra. Señora del Huerto”
lOS EUCALIPTUS
aRA GRAL. BELGRANO
"Voces del Barrio: Historias y Recuerdos de Los Eucaliptus"
Es un honor compartir con ustedes las historias y vivencias de los estudiantes de la Escuela Primaria de Adultos N°701, quienes cursan en el centro educativo ubicado en el corazón del Barrio Los Eucaliptus, en San Francisco Solano. Este trabajo es un testimonio valioso que recoge la memoria colectiva de una comunidad que ha crecido, luchado y forjado su identidad a lo largo de los años.
A través de sus palabras, estos estudiantes nos invitan a recorrer las calles de su barrio, a sentir la presencia de aquellos viejos eucaliptos que dieron nombre al lugar, y a conocer las historias personales que han dado forma a este rincón del partido de Quilmes. Son relatos que nos hablan de esfuerzo, de comunidad y de los lazos que se tejen en la vida cotidiana, donde el barrio no es solo un espacio físico, sino un hogar lleno de recuerdos y experiencias compartidas.
Cada testimonio aquí presente es una pieza de un mosaico más amplio, que narra la historia de un barrio y de las personas que lo habitan. En estas páginas, encontraremos desde anécdotas simples y cotidianas hasta momentos trascendentales que han marcado sus vidas. Son relatos llenos de nostalgia, pero también de esperanza y resiliencia, que reflejan la esencia de Los Eucaliptus y la riqueza de su comunidad.
Esperamos que estas historias no solo sirvan para preservar la memoria de los habitantes de este querido barrio, sino que también inspiren a futuras generaciones a valorar y cuidar el lugar donde han crecido, reconociendo la importancia de recordar y compartir nuestras propias vivencias.
Con profunda gratitud, presentamos estas historias como un homenaje a todos aquellos que han hecho de Los Eucaliptus el barrio que es hoy, y como un legado para que su espíritu comunitario siga vivo en la memoria de quienes vendrán después.
Entrevista a Matías Cejas: El Legado de un Futbolista del Barrio Los Eucaliptus
Matías Cejas, un querido vecino del Barrio Los Eucaliptus de San Francisco Solano, ha dedicado su vida al fútbol y a su comunidad. A sus 39 años, Matías lleva en su corazón cada rincón del barrio donde nació y creció. Desde temprana edad, comenzó a forjar su pasión por el fútbol en las canchas del Club Napoli, un club que, aunque cercano a su hogar, pertenece a Florencio Varela. Fue a los 4 años cuando su amor por el deporte comenzó a tomar forma, acompañado siempre por su tío paterno, Héctor, quien lo llevaba a cada práctica.
Con el paso del tiempo y según las exigencias de su edad, Matías tuvo que cambiar de clubes, recorriendo una trayectoria que lo llevó por instituciones de renombre como Lanús, Racing, Defensa y Justicia, y Argentino de Quilmes. Sin embargo, el punto culminante
de su carrera llegó a los 20 años cuando se unió al Club Atlético Claypole. Fue allí donde Matías se destacó en primera división, obteniendo numerosos reconocimientos y gratificaciones, consolidándose como una figura importante en el equipo. Su retiro oficial del fútbol profesional llegó en 2022, a los 37 años, pero su pasión por el deporte no se apagó.
Hoy en día, Matías sigue jugando al fútbol, participando en la Liga +35 del Club Atlético Claypole. Su conexión con el deporte y su comunidad no se limita al campo de juego. Matías trabaja como obrero en el Municipio de Quilmes, pero además, como profesor de Educación Física, ha encontrado una manera de compartir su amor por el deporte con las nuevas generaciones a través del programa "Cultura Rodante". En este proyecto, visita escuelas y ofrece clases, transmitiendo a los más jóvenes los valores y el entusiasmo que el fútbol le ha brindado a lo largo de su vida.
Reflexionando sobre su educación, Matías recuerda que los últimos años de secundaria fueron especialmente desafiantes. Para equilibrar sus horarios escolares con los entrenamientos, tuvo que cambiar de escuelas varias veces. A pesar de las dificultades, una condición fundamental para continuar en el Club Atlético Claypole era mantener su educación, y Matías cumplió con creces, demostrando que el compromiso con el deporte no está reñido con la formación académica.
Hoy, Matías Cejas sigue siendo un ejemplo para su comunidad, combinando su pasión por el fútbol con su dedicación al trabajo y la enseñanza, mostrando que con esfuerzo y perseverancia, los sueños pueden hacerse realidad.
Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a Matías Cejas por recibirnos tan amablemente en su local y brindarnos esta entrevista. Fue un verdadero honor para nosotros, vecinos del Barrio Los Eucaliptus y alumnos y docente de la EEPA N°701, escuchar su historia y compartir un momento tan especial con alguien que ha dejado una huella tan significativa en nuestra comunidad. ¡Gracias por su tiempo, generosidad y por seguir siendo una inspiración para todos nosotros!
Nos enorgullece compartir con ustedes un especial ¡muy especial! de Diario Popular titulado "El Fútbol de Abajo", donde nuestro querido vecino del Barrio Los Eucaliptus, Matías Cejas, nos abre las puertas de su vida. En este audiovisual, Matías nos cuenta quién es, su trayectoria en el fútbol y cómo ha sido su vida fuera de las canchas. Su historia es un testimonio de esfuerzo, pasión y compromiso con su comunidad.
Te invitamos a conocer más sobre Matías y a inspirarte con su relato. Puedes ver el especial completo a través del siguiente enlace: Ver Especial
¡No te lo pierdas!
"Memorias de Guerra: La Historia de un Excombatiente del Barrio Los Eucaliptus"
Rubén Pastor, un excombatiente de Malvinas de 62 años, que siempre vivió en San Fco Solano y está viviendo en Los Eucaliptus desde que volvió de la guerra, nos comparte sus intensos y conmovedores recuerdos de la guerra. Su historia comienza cuando, ya dado de baja del servicio militar, fue convocado nuevamente, sin saber que su destino sería pisar las Islas Malvinas.
El 10 de abril, Rubén ingresó al cuartel del Regimiento 7 de Infantería Mecanizada "Coronel Conde" en La Plata, sin tener idea de lo que le esperaba. Aunque inicialmente fue gratificante reencontrarse con sus compañeros, la atmósfera relajada y el trato distinto encubrían la cruda realidad que estaba por venir. Equipados con todo lo necesario, desde granadas hasta fusiles,
los soldados fueron informados el 13 de abril de que se dirigían a Malvinas. Para Rubén, la angustia de no haber podido despedirse de su familia marcó profundamente ese momento.
El viaje a las islas fue una mezcla de emociones: el frío implacable de Río Gallegos, la incertidumbre de lo que vendría y la experiencia de volar por primera vez. A su llegada, la realidad de la guerra comenzó a desplegarse ante él. Las condiciones eran duras; la comida escasa, obligándolos a sobrevivir como podían, incluso comiendo ovejas crudas mojadas en agua de mar para salarlas.
El enfrentamiento del 11 de junio fue particularmente brutal. Rubén recuerda los gritos desesperados de los soldados en medio del combate, la orden de dejar atrás a los heridos, y la devastación que siguió. Pese a la valentía de los combatientes, las bajas fueron numerosas, dejando una marca imborrable en su memoria.
Después del cese del fuego y la rendición, Rubén y sus compañeros vivieron la humillación de ser prisioneros, viendo cómo los soldados ingleses se apropiaban de sus pertenencias y los confinaban en condiciones miserables. A pesar de la dureza de la guerra, el trato recibido durante su tiempo como prisionero en el Buque Canberra fue sorprendentemente humano, con comida caliente y un trato respetuoso, aunque siempre bajo la sombra del cautiverio.
Nos llevaron a Puerto Argentino, donde estuvimos navegando uno o dos días, ya que el general Galtieri no permitía que atracáramos. Mientras tanto, éramos custodiados por otros dos barcos completamente armados. Cuando finalmente desembarcamos, los soldados ingleses formaron una doble fila y nos saludaron a su manera.
Sin embargo, al llegar, fuimos recibidos con gritos y nos subieron a camiones. Mientras el pueblo nos aplaudía, los militares nos encerraron en galpones sin darnos nada. A esa altura, los soldados ya no reaccionaban a las órdenes de los superiores. Fue la gente del lugar quien, mostrando solidaridad, se llevaba a los soldados y nos ofrecía mate cocido y pedacitos de pan.
Al regresar a El Palomar, la bienvenida fue fría. Los soldados fueron transportados en micros cerrados para evitar que la gente los viera, y al llegar al regimiento, las madres buscaban desesperadas a sus hijos, muchos de los cuales nunca volvieron.
Pero la guerra no terminó allí para Rubén. Al volver a la vida civil, enfrentó una nueva batalla: la incomprensión y el desprecio de una sociedad que no sabía cómo lidiar con los "loquitos de la guerra". Durante años, el estigma lo persiguió, afectando su vida laboral y personal. Sin embargo,
con el tiempo, las cosas cambiaron. Hoy, Rubén encuentra consuelo en el reconocimiento de la sociedad, que finalmente le da el respeto y la gratitud que merecen los excombatientes de Malvinas.
Al regresar a El Palomar, la bienvenida fue fría. Los soldados fueron transportados en micros cerrados para evitar que la gente los viera, y al llegar al regimiento, las madres buscaban desesperadas a sus hijos, muchos de los cuales nunca volvieron.
Pero la guerra no terminó allí para Rubén. Al volver a la vida civil, enfrentó una nueva batalla: la incomprensión y el desprecio de una sociedad que no sabía cómo lidiar con los "loquitos de la guerra". Durante años, el estigma lo persiguió, afectando su vida laboral y personal. Sin embargo, con el tiempo, las cosas cambiaron. Hoy, Rubén encuentra consuelo en el reconocimiento de la sociedad, que finalmente le da el respeto y la gratitud que merecen los excombatientes de Malvinas.
La historia de Rubén Pastor es un testimonio poderoso de la resistencia y la humanidad en medio de la adversidad. Nos recuerda que la guerra deja cicatrices profundas, no solo en el cuerpo, sino también en el alma, y que el reconocimiento y el apoyo de la comunidad son esenciales para sanar esas heridas.
Queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento a Rubén Pastor por compartir con nosotros, estudiantes y docente de la EEPA N°701, su conmovedor testimonio como excombatiente de Malvinas. Su valentía y sacrificio al representarnos en esa guerra nos inspiran y nos llenan de admiración y respeto. Gracias, Rubén, por ser un ejemplo de coraje y por mantener viva la memoria de aquellos que lucharon por nuestra patria.
Alumnos de la EEPA N°701 con el Ex Combatiente Ruben Pastor
"Historias Vivas: Voces del Barrio en la Escuela
Esta foto captura el espíritu de nuestra comunidad, un grupo de estudiantes que con dedicación y orgullo comparten sus vivencias y recuerdos en el barrio Los Eucaliptus, preservando la memoria de un lugar que ha sido testigo de sus vidas.
Felipe Argentino Rojas
Nací en la provincia de Formosa. Llegué a Buenos Aires cuando tenía 21 años y fui a vivir en zona norte del gran Bs. As. hasta que en el año 1.979 vine a vivir en el barrio Los Eucaliptus.
Trabajaba en zona norte, compré la casa ese año y viajaba todos los días a las 3 de la mañana. En el año 1.984 cambié de trabajo a Capital Federal; en ese entonces no había asfalto, entraba solo una línea de colectivo y el barrio era muy despoblado. Había una salita, la iglesia y dos escuelas, la EP57 y la EP59, la placita con muchos eucaliptus y la sociedad de fomento.
Dominga
Vinimos con mi familia en el año 1.965, soy nacida en la provincia de Corrientes, con ellos vivíamos en Claypole.
Cuando me casé tenía 18 años y me mudé con mi esposo con quien tuve cinco hijos al barrio San Martín de Solano. Hace 10 años me separé y mudé al barrio Los Eucaliptus, entonces seguía trabajando en casa de familia hasta que me jubilé.
Prácticamente no conozco la historia del inicio del barrio.
Me gusta vivir acá, tengo cerca la salita, escuelas, iglesia, sociedad de fomento, la plaza y dos líneas de colectivos, el 239 y el 585.
Irma
Nací en San Fco. Solano, Quilmes el 2 de julio de 1.964.
En 1.972 mi madre compra un terreno en el barrio Don José de Fcio. Varela, esto es lindando con el barrio Los Eucaliptus, solamente nos divide la avenida Donato Álvarez más conocida como Av. 24.
En ese tiempo los respectivos barrios eran todo campo, recien estaban poblándose.
Teníamos como único colegio de la zona la escuela N°57, una parte de ella era de casilla y la otra de material. También teníamos la Capilla del Huerto que era también una construcción de madera; mas o menos para ese año sufrió un incendio, solo se pudieron rescatar algunas imágenes.
Teníamos la estación de ferrocarril en el centro de Solano, teníamos que cruzar todo el campo para llegar.
En ese tiempo vivimos un estado dictatorial entonces, se escuchaban bombas, persecuciones; yo con 8 años de edad, veía y escuchaba como paraban a la gente en los transportes; si salían de noche, también se escuchaban secuestros y muchos otros. A mis 11 años comencé a trabajar en un taller de bobinados de motores.
Trabajaba de día y por la noche asistía a la escuela para terminar con mis estudios primarios, en ese entonces la escuela N°57 tenía centro de estudios primarios nocturnos. Luego transcurriendo los años seguí trabajando en casas de familias en Capital Federal, con cama adentro. En 1.980 me caso, tengo de mi matrimonio dis hijos que tambien asistieron a la escuela del barrio.
Hoy tengo 60 años , sigo viviendo en el barrio y ¡¡sigo adelante para cumplir mis sueños!!
Ovidio Medina
Me llamo Ovidio Medina vine a vivir en 1969 al barrio Eucalipto con mí esposa porque en ese tiempo era un barrio muy tranquilo, lindo, tenemos accesos a colectivos, educación publica y privada, iglesia, bomberos, policías, salita, la sociedad de fomento y la plaza entre muchas cosas mas.
Comenzamos nuestra vida tuvimos 3 hijos, todos viven en el mismo barrio ahora ya tengo nietos, amigos, amigas, compañeros y conocidos, el barrio poco a poco se fue poblando y cada día somos más y más, hay nuevas oportunidades en la sociedad de fomento como deportes, cursos, bailes y mas.
También es un barrio muy solidario con merenderos dónde asisten las personas que lo necesiten, tenemos muchos kioscos, verdulerías, carnicerías, muchas cosas mas, también los jueves y domingos una feria donde solía irme a pasear y a veces hasta vender con mi esposa. En fin lindos recuerdos en este barrio en que vivo hace mucho tiempo y sigo eligiendo.
Lo que me identifica y me conocen en el barrio es por mi casa y mi camioneta roja
Amalia Leyes
Nací en corrientes, a los 14 años, con mi familia vinimos a Buenos Aires y nos instalamos en Florencio Varela en la casa de mi hermano mayor hasta que mis padres pudieron hacer la casa. Para comprar el terreno tuvimos que trabajar todos.
A los 22 años me casé y con mi esposo compramos una casa en el Barrio Los Eucaliptus. Las calles eran de tierra y cuando llovía se llenaban de agua, por tal motivo teníamos que ir caminando hasta la av. Monteverde a tomar el colectivo. Trabajaba en la fábrica Bagley, cuando llegaba a mi casa estaba todo lleno de agua hasta que pudimos levantar con tierra. Ahora algunas calles están asfaltadas.
Mi Historia en el Barrio Los Eucaliptus
Mi nombre es Lina Manavella y esta es mi historia en el Barrio Los Eucaliptus de San Francisco Solano. Nací en octubre de 1973, y desde entonces, este barrio ha sido el escenario de mi vida. Mis padres siempre vivieron aquí, y mi abuelo materno, Oscar Escudero, fue uno de los primeros vecinos en asentarse en esta tierra. Según me cuenta mi madre, mi abuelo decidió comprar el terreno con la esperanza de que la estación de tren estaría a solo dos cuadras de su lote. Así comenzó nuestra historia en Los Eucaliptus.
Recuerdo un barrio lleno árboles de eucaliptos, donde su fragancia embriagaba el aire al caer el fruto, y las calles de tierra se mezclaban con veredas de pasto. En las mañanas frías, el pasto se vestía de blanco tras una helada nocturna. Cada día, recorría varias cuadras hacia la escuela, pasando por la plaza y saludando a los vecinos, en un barrio donde todos nos conocíamos, como una gran familia.
Uno de mis recuerdos más queridos es la Escuela Primaria 57, donde comenzó mi aventura hacia el conocimiento. Hoy, camino por sus pasillos no solo como exalumna, sino también como docente, orgullosa de haber sido formada allí. Además, la experiencia es doblemente significativa, ya que mi hijo menor también asiste a esta escuela, compartiendo conmigo este legado educativo.
Las tardes de mi infancia estaban llenas de risas y juegos en el campito de la esquina o en la calle. Jugábamos a las escondidas, trepando a los árboles para encontrar el mejor escondite, o nos entreteníamos con la pelota y la bolita. Éramos un grupo mixto de niñas y niños que jugaban juntos, en un tiempo donde la inseguridad no era una preocupación.
Hoy, continúo viviendo en este barrio que es parte de mí. Soy vecina, amiga, y "la seño" de muchos hijos y vecinos, ya que además de enseñar en la Escuela Primaria 57, también soy docente en la Escuela Primaria de Adultos 701, que tiene uno de sus centros aquí en el barrio.
El barrio ha crecido y mejorado mucho en estos 50 años que llevo viviendo en él, aunque siento que aún podría ser mejor si no fuera ese rincón olvidado del partido de Quilmes. Sueño con ver más progresos para que todos los vecinos podamos disfrutarlos y para que mis hijos elijan seguir viviendo aquí, en este lugar que siempre será mi hogar.
Si desean ver fotos documentales de mi familia y recuerdos del barrio, los invito a explorar esta presentación. Pueden acceder haciendo clic en el siguiente enlace: Ver presentación
"El Eucalipto: El Alma Verde de Nuestro Barrio”
Estas imágenes muestran el majestuoso eucalipto, árbol que colmaba nuestras manzanas y dio nombre a Los Eucaliptus. Su follaje denso y perfumado, junto con sus frutos en forma de cápsulas, eran una presencia constante en nuestro paisaje. Para quienes no lo conocen, el eucalipto es un símbolo de fortaleza y resistencia, impregnando el aire con su fragancia única y dejando una marca indeleble en la identidad de nuestro barrio.
Árbol de eucalipto
Imagen extraída de https://www.puropaisajismo.com.ar/plantas/155/-eucalipto-azul-eucalipto-medicinal
Flores y Hojas
Imagen perteneciente a De Forest & Kim Starr, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6154620
Yema Floral
Imagen perteneciente a De Forest & Kim Starr, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6124775
Fruto
Imagen perteneciente a De Forest & Kim Starr, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6196676
Imágenes documentales
Parroquia
Ntra. Sra. del Huerto
Parroquia Ntra. Sra. del Huerto - año 2024
Escuela Primaria
n°57
“Provincia de Tucumán”
Escuela Primaria
n°57
“Provincia de Tucumán”
en el año 2019 vista desde la plaza
Sociedad de Fomento y Cultura “Los Eucaliptus” - Año 2024
CAP “Los Eucaliptus” - año 2024
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Agradecemos de corazón a todos los que se tomaron el tiempo de visitar nuestra página web y explorar la historia del Barrio Los Eucaliptus.
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TikTok @Docente_Lina
Proyecto: "Raíces de Los Eucaliptus: Historia Viva de San Francisco Solano"
Escuela Primaria de Adultos N° 701
Lugar: San Francisco. Solano - Quilmes, Buenos Aires. Argentina.
Curso: Agrupado “B”.
Docente: Lina E. Manavella.
Año: 2024
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